Mi nombre es Nora Capitman, tengo 72 años. Soy bioquímica fui 25 años docente de la facultad de Farmacia y bioquímica y desde hace tiempo hago joyería contemporánea.

Desde muy jovencita supe que tenía una lesión en la columna que, pese a los pronósticos médicos, me permitió hacer una vida normal y muy activa hasta que un día a mis 71 años, comencé con un dolor en una pierna que de a poco le fue ganando a mi voluntad, y que fue progresando hasta que llegó un momento en que caminaba media cuadra y tenía que parar y pensar cómo hacer para desandarla.

Estaba y me sentía literalmente inhabilitada. Hice muchas terapias alternativas: RPG, osteopatía, kinesio acuática, acupuntura, y segmentación. Lograba alguna mejoría, pero era esporádica.

Casi por casualidad (aunque no creo en las casualidades), me enteré de la existencia del Dr. Grangeat y decidí darme una nueva oportunidad.

Escuché atentamente la detallada explicación del Dr. sobre mi patología y la posibilidad de mejorar y retomar mi vida anterior.

Me impactaron su sencillez y convicción en lo que hace. Desde el principio me sentí contenida no sólo por el Dr. sino por todos y cada uno de su equipo, que me trataron con amorosidad y respeto en todo momento.

Tal como me dijo una paciente que encontré en la sala de espera en mi primera consulta, es un tratamiento al que hay que entregarse. Hoy después de 2 y 1/2 meses de aquel día puedo decir GRACIAS, volví a la vida y espero aún seguir mejorando.